La épica de una historia bien contada
por Hernán Schillagi
Todos llevamos una máscara. Nos levantamos a la mañana y, con el
desayuno, vamos decidiendo qué pena o angustia vamos a ocultar, qué
palabras o frase vamos a pronunciar ante los demás, qué sueño o deseo
vamos a reprimir hasta lo imposible.
Pues bien, en La ilusión de un gran final,
el nuevo libro de Fernando G. Toledo que hoy nos ha reunido, vamos a
encontrar —justamente— las historias reales de personas que decidieron
quitarse la máscara y develar sus anhelos o miserias a la sociedad, por
un lado; o multiplicar esa careta hasta la deformidad, por otro. Es
decir, una galería de personalidades que de tan común resulta
extraordinaria. Porque, déjenme decirlo, ser artista plástico, escritor,
músico o filósofo debería ser lo más normal del mundo. Sin embargo, las
obligaciones laborales, la productividad despiadada, el apremio por el
éxito inmediato nos han empujado a una realidad espantosa y servil.
De
este modo, las máscaras se van a presentar en pedazos, pero para armar,
piezas caídas y hasta humilladas; aunque con la dignidad de haber
dejado una huella imborrable como una frase estampada en la pared: «Esto
es ser libre». Por eso, Fernando tomará el desafío de darles formato de
cuentos, a aquello que tiene carnadura de crónica periodística o
policial. La épica de una historia bien contada nos hará soportable el
dolor ante las injusticias y la incomprensión (un poeta que arde en una
plaza mendocina), el asombro ante la diversidad y la locura (una actriz
de Hollywood que yace desnuda en una cama), la reflexión ante la belleza
del arte y la valentía para llevarlo hasta las últimas consecuencias
(un hombre que por amor comete el mayor de los fraudes musicales).
Finalmente,
Marilyn Monroe, Mozart, Erik Satie, Da Vinci, Liliana Bodoc van a darse
cita en estas páginas, entre otros rostros de una intensidad feroz.
Existe un haiku, un pequeño poema japonés, que sé que le gusta a
Fernando y dice: «En este mundo / encima del infierno / viendo las
flores». Eso será abrir este libro llamado La ilusión de un gran final:
una secuencia del caos, un viajero que se encuentra inmóvil, un hotel
que nos resguarda en el alejamiento. Entonces, si leer una historia
ficcional nos hace soñar con mundos inalcanzables, tal vez atravesar
este libro sea un registro fidedigno donde nos podamos reflejar y
conmovernos hasta que la última de las máscaras por fin se rompa.
(Texto leído en la presentación de La ilusión de un gran final, el 24 de junio de 2022)
Nunca mejor expresado, lo que se siente al leer la obra de Fernando!!!
ResponderEliminar¡Gracias por el comentario!
EliminarExcelente prólogo de Hernán Schilaghi, con vuelo propio, con intensidad y generoso manejo de la palabra justa. Es una especie de anzuelo celeste en el que, quien leé esas líneas, se enganchan a sabiendas de que algo sucederá con la lectura de la obra. Y leer a Fernando Toledo implica ese riesgo: salir modificado una vez que se cierra el libro.
ResponderEliminarBellísima la forma en que describe, la magia de las máscaras que nos mostrará Fernando.
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios. El libro de Fernando merece esas palabras y más lecturas tan emocionadas como atentas.
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