ix: Ecos
Pero el sonido
La música
Que aquí intento se extienda materialmente
Como una tela sobre el fondo de esta nada
El sonido
Acabará
Hay voces en la cocina
Voces que por un instante desconozco
«Aparte me han dicho que» «Sí» «Ja»
Y /quizá misteriosamente/ prefiero dejar para mí
Suspendido ese instante
O quedarme con la extrañeza de esos diálogos enfáticos
Cruzados bobos
Felices de qué Esas preguntas ya respondidas
La materia de ese ruido informe pero a colores
Que se impone a la música que amo
«Ya sé ya sé» «Bueno»
Entretanto
Y en esta trinchera media de ninguna guerra
Busco palabras
Yo:
La boca humedecida por demás
Cercana a la baba
Y afuera la noche como una sordera que vendrá
Mientras las palabras llegan frías y sinceras
Entran como ante un rutinario conocido a quien no saludar
Y yo:
¿Ante quién diré? ¿Seré entendido
Cuando diga que voces extrañas porque sí
Escriben para mí en el aire
Burdas y a la vez creando
Una especie de religión irrefutable ante la cual me arrodillo?
«Fue ayer» repite el bisbiseo
Sobre una ya /también/ pretérita
Música olvidada
¿Fue? ¿Ayer?
Y las cosas ¿no sólo se suspenden
Sino también
Retroceden hacia un blanco antes ignorado?
¿Errado?
«Ahora»
«Ey»
La brecha se ha abierto
Como una herida rajada por el vidrio
Y yo adentro igual que un niño en la casa del terror
¿Cuándo el miedo se cruzará
Y de este lado podrá apuñalarme
Arrugando para siempre la supuesta aventura?
Porque /sí
Ahora lo veo/
Todo aquí
Cruje.
© Fernando G. Toledo
(incluido en Diapasón, Libros de Piedra Infinita, 2002)
Ilustración: El oído, de Jan Brueghel el Viejo y Pedro Pablo Rubens.
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