Poema de amor
El calor del día nos condujo
Veloz por los minutos ya asignados de la jornada
Al llegar a casa sin embargo
Nuestro sudor se enfrió en el estatismo cobijado
De los muebles endurecidos por la indiferencia
Recostamos a los niños y fuimos
Así llenos de polvo y feliz fatiga
A compartir el lecho conocido
No cayó toda el agua en la clepsidra nocturna
Cuando ya todos dormían menos
El insomne caprichoso que mirándote
Quiso de ese instante callado
Abducir un poco de literatura
Pero al verte te supe ya amada
Desde hace mucho tiempo depositaria
De viejos poemas de amor
Más sinceros que cualquier línea por escribirse
La luna de afuera tampoco esperó en vano
El tiempo perpetuo indiferente
Ejecutó su insistente laberinto
Y no supe más qué hacer así
Ignorado por el sueño y los soñadores
Vano para el coro de las respiraciones vivas
No supe y mi duda resonó en el viento
Y agregó un verso al estruendo monótono
Que la prisión del universo
Sigue recitando.
Para Romi Arrarás
© Fernando G. Toledo
12/08/2000 (inédito)
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