La frontera del sueño y la escritura
Ella abrió los ojos sin despertarse
Y como el sueño y lo real tenían
La misma suavidad volvió a cerrarlos
Pero por un instante me vio aquí
Recluido como una pesadilla
A mitad de la noche entre papeles
Manchados con versos de poca monta
Mi hija escribió su poema durmiente
Con su lírica tersa y respirada
Mientras yo intentaba atrapar desechos
Y plagiar sin pudor su obra maestra
Para elevar un remedo de estética
Ella sabía que estábamos juntos
Y que el resto debíamos callarlo.
© Fernando G. Toledo
(versión corregida de un poema de Secuencia del caos, 2006).
¡Maravilloso, Fernando, sencillamente maravilloso...! JA, JA, JA :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Miguel Ángel!
Eliminar