Schumann al caer la tarde

La cosa es que la música sonaba, asediaba el sueño y había un papel ante mí. Y todo se confundió, el sueño y la vigilia mezclados («confutatis maledictis / flammis acribus addictis») de modo que no vislumbraba sus límites. Y entonces escribí este poema:



Schumann al caer la tarde


Sopor. Un hilo de música
Tenue y un cuerpo,
Como un quiste,
En el blanco pozo de la tarde.

Pero en un instante
Todo va a cambiar:

El sueño, lo mudo,
La prolija putrefacción,
O esto que se escribe,
O por fin la noche.


Fernando G. Toledo

(de Mortal en la noche. Alción Editora, 2013)

Comentarios

Entradas populares