Oficio nocturno
Emboscado en la noche
Acechante y traicionero
Desgarro con el filo de la conciencia
Las pausadas exhalaciones
De quienes en esta misma habitación
Se sacian en un sueño igualador y milenario
La luz taimada de esta lámpara en cambio
Traza desde su nulidad de objeto
El telón de sombras de mi cacería infame:
Allí donde el paisaje dormita bajo las estrellas
Ha de haber un verbo una sentencia virgen
Alguna paráfrasis del deseo
Para justificar la vigilia autista de cierta lírica
Ahora tal vez ahora que el aceite nocturno
Ha empezado a volcarse quizás
Un verso balbuceante descomprime la angustia
Sobre el papel /como un animal
Recién sacrificado/ yace el poema:
Palabras palabras palabras
Los círculos nacidos de la piedra
Que se hunde en el agua
Del universo.
© Fernando G. Toledo
De Diapasón (Libros de Piedra Infinita, 2002)
Ilustración: Calle en el viento, de Xosé Luís de Dios.
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