La filosofía crítica para desengaño de las ideologías
por Fernando G. Toledo La culpa pueden tenerla las tantas acepciones del término «filosofía», sus diversos sentidos y usos. Pero también su desprecio. Y la ignorancia. Sin embargo, tal vez pocas veces como hoy se ve tan necesario tener a mano el arma de la filosofía crítica. Y es que los ciudadanos de las democracias homologadas actuales, en especial aquellos que vivimos en ciudades y ejercemos el «poder» del demos en el voto —pero también en grupos de trabajo, comités escolares, uniones vecinales— y los que, además, disfrutamos de la isegoría aristotélica en foros de debate o redes sociales, esos ciudadanos del presente vivimos inmersos en nubes ideológicas, que inciden en cada una de las acciones públicas. Ahora bien, las ideologías que pueblan estas sociedades nunca son meras «visiones del mundo», exentas de cualquier otra función que no sea ofrecer un color de cristal a través el cual mirar el mundo. No: las ideologías se dibujan a partir del enfrentamiento con otras ideología