Olivier Messiaen escucha a los pájaros
El abultado pasado sonoro Que aún persiste le parece ahora Una sola armonía igualadora De silencios que se callan a coro. Ya no basta la partitura humana Y, a cambio, el aire porta una liturgia De cristal, que los pájaros pronuncian En medio de la guerra inacabada. El día fluye en un juego incesante Y de los árboles cae una ofrenda Que el músico duplica en su instrumento Terrestre. Hay prisión y hay muerte y hay hambre Y se escucha desde una oscura celda El cuarteto para el fin de los tiempos. © Fernando G. Toledo Publicado en Plano secuencia. Antología poética 1998-2018 (Ediciones del Dock). Ilustración: Retrato de Olivier Messiaen, de Barry Fantoni.